domingo, 1 de mayo de 2016

Poemas de "El Viaje Interior" Capítulo II (La Búsqueda)

POEMAS DE ' EL VIAJE INTERIOR'

Capítulo II (La Búsqueda)




QUISIERA... 

Quisiera pasar por la vida sin preguntarme nada, 

pero no puedo... 

Quisiera emborracharme de materia 

y olvidar el espíritu, si es que existe, 

pero no puedo... 



Oigo una voz, no sé si de dentro o de fuera

o de ambas procedencias a la vez, 

que me susurra noche y día al corazón 

y a la mente y a los ojos, que hay muchas preguntas sin respuesta 

y que urge encontrar la solución. 


Porque, la vida pasa en un suspiro, 

¿Y luego, qué? 

¿Quién acciona ese pequeño resorte interior 

que me obliga a no sentirme satisfecho? 

Sea quien sea, ¡Gracias! 

*



SÚPLICA AL HERMANO TERRORISTA


Si crees que tienes la razón, dialoga. 

Nadie te va a negar el escucharte. 

Pero, escucha también, 


y piensa y reflexiona y monologa 

y trata de evitar equivocarte: 

Busca, ante todo, el bien. 


La violencia, la fuerza y la pistola 

no convencen a nadie sobre nada 

y tú has de convencer. 


¿De qué te sirve estar sobre la ola 

si no tienes razón, y equilibrada 

vendrá de nuevo a ser? 


¿Por qué has de asesinar a tus hermanos 

sin darles ocasión de comprenderte? 

¿No sería mejor 


Mostrar que tus trasfondos son humanos 

y discutir, pensar, robustecerte 

con más amor? 


Tiende tu mano sin rencor ninguno 

y toma la ofrecida por tu hermano 

y siente su calor… 


y caminad así los dos cual uno, 

sincronizando corazón y mano 

sin miedo y sin rencor… 


Porque, ¿tú ves el fin de lo que haces? 

¿A quién calculas tú que servirá? 

¿Por quién te expones? 


¿No descubres los tétricos disfraces 

de amor por odio? ¿Quién aceptará

tales razones? 


*




EL VALLE IDEAL


Siempre me pregunto qué habrá tras el monte

y, cuando lo escalo… sólo hay otro igual. 

¿Dónde estará el valle soñado, perfecto, 

sin penas, sin odios, sin sangre y en paz? 


¿Es que es sólo un sueño? ¿sólo una quimera? 

¿sólo un espejismo imposible y fugaz? 

¿o es algo más hondo, más firme, más cierto, 

algo que es concreto y tangible y real? 


¿Y dónde se encuentra? ¿dónde he de buscarlo 

si llevo en su busca ya una eternidad 

y siempre se esconde y me evita y me engaña 

y me burla y se esfuma y se oculta y se va? 


¿No estará escondido en el fondo del alma, 

donde no he pensado siquiera en mirar,

haciéndome señas y signos y gestos

para que lo vea y ya no busque más?


*




EL PRECIO DEL CIELO

La voz del hombre:

- ¿Cuándo podré sentirme, al fin, libre y dichoso, 

sin miedos, sin problemas, sin nubes, sin temores, 

y sonreír confiado, como sonríen las flores, 

y no temer mi entorno, hostil, hosco y gravoso? 


¿Cuándo podré elevarme hasta el cielo, gozoso, 

y vivir rodeado, para siempre, de amores, 

u olvidar las desgracias, tristezas y dolores, 

y vivir en un mundo feliz y esplendoroso? 


La voz de Dios: 

- Tu corazón empapa con lágrimas de pena 

por el dolor que aflige a todos tus hermanos; 

conciénciate culpable de la desgracia ajena; 

extiende, auxiliadoras, hacia ellos tus dos manos 

y, con tu alma limpia y de ilusiones llena, 

te elevarás al cielo y sabrás sus arcanos.


*



¿QUÉ NOS HA OCURRIDO? 


Cuando llora un niño 

todos lo entendemos 

y todos sentimos 

la voz interior 

que nos urge, amante, 

a darle cariño, 

a acallar su llanto 

y a brindarle amor. 


Cuando llora un hombre, 

ya no nos conmueve 

y nada nos mueve 

a darle calor 

ni a enjugar su llanto, 

compartir sus penas, 

romper sus cadenas, 

sentir su dolor... 


¿Qué nos ha ocurrido? 

¿Cuándo ha sido el cambio? 

¿Cuándo hemos perdido 

la capacidad 

de ver en el otro 

nuestra propia historia? 

¿Que nuestra memoria 

no funciona ya? 


¿Ya hemos olvidado 

nuestros propios llantos, 

nuestras propias penas 

y nuestro dolor, 

y nuestros suspiros 

por sentir las manos 

de otro ser humano 

dándonos calor? 


¡Qué flaca memoria! 

¡Qué triste destino 

andar el camino 

sin mirar atrás 

y no ver a otros 

que, como nosotros

en mil ocasiones, 

ya no pueden más! 


O cerrar los ojos 

sin querer ver nada, 

el alma blindada 

ante tanto horror, 

sin caer en la cuenta 

de que la factura 

por tanta negrura 

ya es nuestra, segura, 

y nuestro el dolor.

*



EL DOLOR DE LOS OTROS 


¿Por qué ha de doler más la propia pena 

que el dolor que, en la vida, aflige a otros? 

¿No tienes culpa en la desgracia ajena? 

¿Y no la tienen ellos en tus logros? 


¿En qué te diferencias? ¿Cómo esperas 

mantenerte tranquilo y sin ahogos,

si mitigas tan sólo tus dolores 

sin mirar a tu entorno? 


¿Cuánto crees que tu dicha ha de durarte? 

¿Y quién te ayudará cuando, tú solo, 

te enfrentes al problema, que ahora siembras, 

y sin derecho al socorro? 


¡Olvídate de ti! 

Haz tuyo el sufrimiento de tu prójimo, 

centra en él tu atención, 

esfuérzate por enjugar su rostro 

y, milagrosamente, 

matarás tu dolor. 


*



EL CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO 


Diezma cada mañana la legión de tus vicios, 

estúdiate por dentro y mírate al trasluz; 

sabe de tus pecados, valora tus servicios, 

no sigas el ejemplo, fatal, del avestruz. 


Pondera tus virtudes y mide tus defectos 

y evalúa tus sombras y valora tu luz, 

y verás cómo cambian, hasta hacerse perfectos, 

tus deseos, tus sueños, tus esfuerzos dilectos, 

más claros y brillantes que las perlas de Ormuz. 

*



LA LUZ INTERIOR 


Utiliza el cedazo de tu mente, 

criba los acontecimientos de tu vida

y verás cómo encuentras, escondida, 

tu luz interna, que te orienta al frente. 


Y síguela sin miedo, sin dudarlo, 

porque ella sabe cómo conducirte 

y adónde debes ir, y ha de decirte 

cuándo llegas y cómo has de lograrlo. 


*




EL NIÑO, HECHO HOMBRE 

Dichoso tiempo aquél cuando, en la infancia, 

todo hermoso y verdad me parecía

y tocaba la luna con mis dedos 

y acompañaba al sol tras su salida; 

con pájaros y flores dialogaba 

y estrellas amasaba cada día; 

y los peces dorados del estanque 

me hablaban sin sonido y sonreían, 

y las nubes trazaban mil figuras 

sólo porque intentase descubrirlas, 

y la lluvia jugaba a acariciarme 

y la tierra del campo siempre olía 

a miles de perfumes deleitosos; 

y lavaba mi rostro con la brisa, 

y el verde era más verde y más perfecto, 

y el azul de los cielos descendía 

besando el de los mares con un beso 

que de mí al horizonte se extendía; 

los hombres eran buenos y sencillos 

y amables y sinceros y sin prisas 

y llenos de proyectos y de sueños 

y ahítos de promesas y de vida; 

y el pasado era sólo algo gozoso, 

y el futuro, esperanza y alegría... 


¿Por qué ha cambiado todo de ese modo? 

¿En qué momento fue la sacudida 

que rompió la verdad de lo valioso 

y puso en su lugar a la mentira? 

¿Por qué ya nada es lo que entonces era? 

¿Cuándo me transformé? ¿Y en qué medida? 

*



¿DÓNDE ESTA LA VIDA? 


Ya al nacer, empezamos a morir, 

pero, cada minuto que morimos 

nos acerca, sin pausa, a un revivir 

al llegar al final de este camino. 


Nacer y morir; morir y nacer

cual flujo interminable al sol marino, 

ascendiendo en la escala de la vida 

en brazos de un mistérico destino. 


¿Y dónde está la vida? ¿Aquí o allá? 

¿Y cuál es de estas vidas el sentido? 

¿Y qué de mi se espera en esta ida

y este regreso siempre repetidos? 

*



LOS DOS POLOS 

¿Por qué, para pintar una flor blanca 

en fondo blanco, habrá que usar el negro? 

¿Por qué, para saberte inteligente 

necesitas medirte con el necio, 


y, para ser piadoso, bueno o sabio, 

con el impío, el malo o el cateto? 

¿Por qué, para ser alto o grueso o sano, 

con el bajito, el fino o el enfermo? 


¿Es que sólo en los polos es posible 

ser algo con sentido frente al resto? 

¿No será porque nada es absoluto

y todo relativo e imperfecto? 


*



DE LO IMAGINADO A LA REALIDAD 

Cuando concibo algo 

me guían las mejores intenciones; 

de la ilusión me valgo y, con mis voliciones, 

configuro mis sueños e ilusiones. 


Pero, más tarde, al verlos 

plasmados en materia de este plano,

sólo el reconocerlos 

como obra de mi mano, 

me supone un esfuerzo sobrehumano. 


¿Por qué, si tan perfectos 

cuando los concebí y los deseaba 

y tan por mí dilectos, 

así se les acaba 

la gracia y perfección que los ornaba? 


*




LA LUZ DE LA INOCENCIA 

¿Has visto la mirada de los niños, 

llena de luz, de sueños e ilusiones, 

sin dobleces, sin odios, sin pasiones, 

pura, como la piel de los armiños? 


¿Has visto que a sus rostros de novicio 

aún no los han surcado las arrugas, 

pues aún no han iniciado tenues fugas 

del bien al mal, de la inocencia al vicio?


¡Quién pudiera vivir toda la vida 

siendo un niño, por dentro y por afuera 

y no ver la maldad, tan extendida, 

tan visible, tan dura, tan certera, 

sino la luz que habemos escondida 

y alumbra nuestra vida toda entera! 


*



TRÍPTICO DEL HOMBRE 

I ¿Qué es el hombre? - preguntas, insistente - 

¿y cuáles son su origen y destino? 

¿Es sólo puro azar, en el camino 

de la Natura? ¿sólo un accidente? 


¿Es fruto de un programa inteligente? 

¿Nace con un determinado sino? 

¿Es libre o es esclavo o es divino, 

o es mero pensamiento de otra mente? 


¿Es ciego y mudo y sordo a lo elevado? 

¿Es, necesariamente, negativo? 

¿Sólo piensa en sí mismo, obnubilado? 

¿No ve que, en este mundo, está cautivo?

¿Ha de mirar a los demás airado 

sin ver en ellos nada positivo? 





II El hombre es todo un dios en formación, 

una chispa de la hoguera divina, 

un espíritu excelso, que ilumina 

un cuerpo, un sentimiento, una razón; 


y es, en el fondo, la consecución 

del propio esfuerzo, que es su vitamina, 

ya que puede crear, y lo domina, 

el bien o el mal: ésa es su condición. 


Por dentro, el hombre es bueno y es hermoso; 

por fuera, tiene miedo a sus hermanos 

y el miedo hace que quede, receloso, 

atado, en su interior, de pies y manos, 

sin exhibir su interno luminoso, 

cual es el interior de los humanos. 




III El hombre es un espíritu creador 

que reencarna mil veces, inconsciente, 

y evoluciona, intermitentemente, 

según actúe aquí, mejor o peor,


partiendo de que, todos los humanos,

de cualquier raza, pueblo o religión, 

todos, sin excepción, son sus hermanos, 

y es responsable de su evolución; 


Y, conociendo, cada vez mejor, 

que el odio y el desprecio y la violencia 

y la guerra y la sangre y el terror 

vuelven sobre su autor, en consecuencia, 

y que el mejor camino es el amor, 

aprende caridad y convivencia.


*




¿POR QUÉ? 


Si estamos hechos de la misma pasta 

¿Por qué nos empeñamos en luchar? 

Lo suyo es ir cogidos de la mano 

y sin mirar atrás. 


¿Cuál es la meta de esta lucha estúpida 

que todo nos obliga a fomentar? 

¿Por qué ha de haber primero y último 

y mejor y peor y bien y mal, 

si todos somos de la misma pasta 

si todos somos uno nada más? 


¿Por qué la incomprensión y la miseria? 

¿Por qué, si de verdad 

no somos más que aspectos incompletos 

de una misma Deidad? 


*




EL VALOR DEL ALMA 


Si, cuando de este mundo me despida 

nada me llevaré de cuanto tenga, 

¿Qué puede haber aquí que me convenga, 

salvo los hechos todos de mi vida? 


¿Por qué, pues, esa lucha desabrida 

con el mundo, para que me mantenga, 

sin buscar, ¡inocente!, que sostenga 

la lógica una vida así vivida? 


Si las cosas no son sino instrumentos 

del trabajo del alma en este mundo, 

¿por qué he de valorarlas, a momentos, 

como bien necesario, en que me hundo, 

y, en cambio, no valoro, y vago a tientos,

el alma, que es mi bien el más profundo?


*




TODO ES UNA SOLA VIDA 


¡Cuántos miles de vidas se han cruzado 

con mi vida, a lo largo de los años! 

¡Cuántas risas, suspiros, desengaños, 

acciones, omisiones, bienes, daños, 

amores, desamores... Sin cesar, 


mi existencia no ha sido sino un filtro 

de la actuación de otros, tan variada, 

tan necesaria, tan interesada, 

tan manida y tan nueva y deseada, 

y tan suya y tan mía, a mi pesar, 


que confundo esas vidas con mi vida

y, estudiado lo suyo y lo que es mío, 

ya no sé distinguirlo, y me sonrío 

al ver que sólo soy un gran vacío 

y todo es una vida nada más.


*



LA VOLUNTAD 


Aunque tú no te percates, 

sólo eres tu voluntad 

y serás lo que ella quiera 

y lo que no, no serás. 


Maneja, pues, con cuidado 

tan valioso talismán, 

que ha de hacer de ti un payaso 

o un célebre capitán 

o un artista consumado 

o un gran maestro a imitar 

o un criminal sin reparos 

o un santo pleno y cabal. 


Y sabe que, el mejor modo 

de usar esa voluntad 

es sintonizarla presto, 

de un modo honesto y total, 

con la voluntad divina, 

fuente de tu facultad. 


Si te esfuerzas todo el día 

por sentirla en ti actuar 

y seguirla, obedecerla, 

y hacerla propia, verás 


como ella te va diciendo 

cómo te conviene obrar 

y qué debes hacer luego 

y de qué debes hablar 

o si has de guardar silencio 

y hasta cómo has de pensar. 


Y te sentirás dichoso 

de poder atravesar 

de la vida el mar, seguro, 

guardado del temporal, 

y llegar a puerto, un día, 

con gran cosecha y gran paz.

*




*

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