lunes, 11 de abril de 2016

El sabio y el pescador


EL SABIO Y EL PESCADOR
(Fábula)
Por Francisco-Manuel Nácher López


Subió en una barca
para pasear
un hombre muy sabio
que adoraba el mar.

Cuando ya se hallaban
el barquero y él
lejos de la costa
en frágil bajel,
el tal pasajero
quiso conocer
todo lo que el otro
pudiera saber

Y, con este fin,
así interrogó
a su compañero,
pobre pescador:

- ¿Ha estudiado usted
la Filosofía?

- Yo, señor, no sé
qué es eso, a fe mía.

- Entonces, tendrá
de Historia nociones…

- No señor. Mi historia
son… navegaciones.

- ¿Tampoco sabéis
nada de aritmética?

- No, señor. - ¿Idiomas?

- Sólo sé mi lengua.

- ¿Sabéis religión?
- Algo, sí señor.

- Física, ¿sabéis?

- ¿Física? ¡qué horror,
que nombres tan raros
sabe usted, señor!

- ¿Química tampoco?

- No sé que eso exista.

Y le dijo el sabio
en tono bromista:

- Entonces, amigo,
vos habéis perdido
casi media vida.

Mientras esto dijo
llegó una gran ola
y volcó al instante
a la barcarola.

Entonces, saliendo
por bajo del agua,
observó el barquero
que el otro se ahogaba
y le dijo pronto:

- ¿Sabe usted nadar?

- No - respondió el otro.

- Pues ved si la ciencia
os puede ayudar
o, con ser tan sabio,
os tendréis que ahogar.

Según vos decíais,
por no saber nada,
tengo de existencia
la mitad perdida;
vos, con vuestra ciencia,
perdéis, sin embargo,
y en plena conciencia,
de una vez la vida.

En el mundo siempre hay “sabios”
y hay también siempre “barqueros”,
más prácticos los segundos
y más tontos los primeros.


* * *

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