ENCRUCIJADA
Francisco Manuel Nácher López
¿De dónde apareciste, en la distancia,
con tu alma de cristal,
a despertar dormidas añoranzas,
a suscitar febriles esperanzas
con fuerza inusual?
¿Qué vibración pusiste en movimiento,
tan igual a mi igual,
que derriba murallas y cimientos
y destruye y produce sentimientos
y que me hace soñar?
¿Por qué tan a destiempo y contrapelo?
¿por qué sin avisar?
¿Es el bien o es el mal todo ese anhelo
que parece raptarme a ras del suelo
e invitarme a volar?
¿Son los ecos de antiguos arquetipos
que pugnan por vivir?
¿O anuncio de un amor aún no vivido,
sin causa, prematuro, no escogido
y que habrá de venir?
No te conozco y siento que te vivo
y estás cerca de mí.
¿Qué misterio tan denso y tan querido,
qué certeza tan loca y sin sentido
me hace tender a ti?
Llenas mi mente, inspiras mis palabras
y nublas mi razón.
¿Qué es esto tan sutil, tan suave y tierno,
que no sé si es producto del infierno,
o si es del cielo un don?
¿Se trata de un castigo, de un reclamo
o de una tentación?
¿Es promesa o vislumbre de algo malo?
¿O prueba o recompensa o sueño vago?
¿O es una bendición?
Yo no sé responder, ¿puedes tú hacerlo?
¿Puedes decirme tú,
sabiendo que el presente está vedado,
si es futuro tan sólo o es pasado
esa brillante luz?
¿Y qué debo yo hacer? ¿Debo apagarla
y dejarla morir?
¿O debo protegerla, alimentarla,
mimarla, mantenerla, venerarla,
y vivir sin vivir?
* * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario