lunes, 11 de abril de 2016

¿Quién ha puesto la rosa...?


¿QUIÉN HA PUESTO LA ROSA…?
Francisco Manuel Nácher López

¿Quién ha puesto la rosa en tus mejillas
y el carbón en tus ojos,
y ese coral, que a todos maravilla,
en tus labios tan rojos?

Y en tus cabellos,
¿quién colocó, con tino, ese azabache
y esos destellos?

¿Quién dibujó en tu faz esa sonrisa?

¿Quién trasladó a tu ser tanta belleza?

Y esos hoyuelos,
¿quién los bajó, atrevido, hasta tu rostro,
desde los cielos?

¿Quién pone las palabras en tu boca?

¿Quién controla la luz de tu mirada?

¿Quién modula, tan bien, tu risa loca
y te da ese perfume de alborada?

¿Quién soporta tu impacto, en lo profundo,
y resiste tenerte frente a frente,
si tú lo miras?

¿Quién no ve derrumbarse todo el mundo
y nublarse su vista, de repente,
si tú suspiras?

¿Quién es capaz de continuar viviendo
sin tu presencia?

¿Ni quién resiste en vida, presintiendo
tu sola ausencia?

Que estoy enamorándome de ti;
que soy dichoso
y el mundo, de repente, para mí,
se ha vuelto hermoso;
y el cielo es más etéreo y más azul
y más brillante;
y puedo las estrellas alcanzar
en un instante;
y todos me sonríen y me ven
enamorado
y ya no hay más tristeza ni dolor
justo a mi lado.

¿Qué me has hecho, mi amor,
que, con tus artes
dulces, sutiles y sin curación,
me has aturdido
y me has dejado así, sin corazón,
sin fuerzas, sin defensas, sin razón,
y a ti rendido?

¡Bendita maldición!

¡filtro bendito!

Que no quiero alterar mi situación:

¡la necesito!


* * *

... No estabas allí


…NO ESTABAS ALLÍ
Francisco Manuel Nácher

Ayer fui donde quedamos,
pero no estabas allí
y tuve un día muy triste,
solo y privado de ti.

Porque, si yo no te siento
cerca, muy cerca de mí,
y percibo tu mirada
y te veo sonreír
y puedo tomar tu mano
y sentirme, así, feliz,
los pájaros ya no cantan
y el sol apaga su luz
y las flores se marchitan
y el cielo ya no es azul…

Ayer fui donde quedamos,
pero allí no estabas tú.

* * *

Los ojos más bellos


LOS OJOS MÁS BELLOS
Francisco Manuel Nácher


Ayer vi los ojos más bellos del mundo,
llenos de promesas, de luz e ilusión,
y me acariciaron, sinceros, profundos,
y se me clavaron en el corazón.

Y pude asomarme por ellos a un alma
pura, limpia, hermosa, llena de candor,
de entrega, de ensueños, de lucha y de calma,
vibrando de vida y reclamando amor.

Y yo, sin defensas, y desprevenido,
me vi, subyugado y pillado a traición
y, en los infinitos verdes torbellinos
de aquellos dos mares, débil la razón,
sumergíme presto, perdido el sentido,
preso para siempre, ya sin remisión.


* * *



Encrucijada




ENCRUCIJADA
Francisco Manuel Nácher López


¿De dónde apareciste, en la distancia,
con tu alma de cristal,
a despertar dormidas añoranzas,
a suscitar febriles esperanzas 
con fuerza inusual?

¿Qué vibración pusiste en movimiento,
tan igual a mi igual,
que derriba murallas y cimientos
y destruye y produce sentimientos
y que me hace soñar?

¿Por qué tan a destiempo y contrapelo?

¿por qué sin avisar?

¿Es el bien o es el mal todo ese anhelo
que parece raptarme a ras del suelo
e invitarme a volar?

¿Son los ecos de antiguos arquetipos
que pugnan por vivir?

¿O anuncio de un amor aún no vivido,
sin causa, prematuro, no escogido
y que habrá de venir?

No te conozco y siento que te vivo
y estás cerca de mí.

¿Qué misterio tan denso y tan querido,
qué certeza tan loca y sin sentido
me hace tender a ti?

Llenas mi mente, inspiras mis palabras
y nublas mi razón.

¿Qué es esto tan sutil, tan suave y tierno,
que no sé si es producto del infierno,
o si es del cielo un don?

¿Se trata de un castigo, de un reclamo
o de una tentación?

¿Es promesa o vislumbre de algo malo?

¿O prueba o recompensa o sueño vago?

¿O es una bendición?

Yo no sé responder, ¿puedes tú hacerlo?

¿Puedes decirme tú,
sabiendo que el presente está vedado,
si es futuro tan sólo o es pasado
esa brillante luz?

¿Y qué debo yo hacer? ¿Debo apagarla
y dejarla morir?

¿O debo protegerla, alimentarla,
mimarla, mantenerla, venerarla,
y vivir sin vivir?

* * *

El sabio y el pescador


EL SABIO Y EL PESCADOR
(Fábula)
Por Francisco-Manuel Nácher López


Subió en una barca
para pasear
un hombre muy sabio
que adoraba el mar.

Cuando ya se hallaban
el barquero y él
lejos de la costa
en frágil bajel,
el tal pasajero
quiso conocer
todo lo que el otro
pudiera saber

Y, con este fin,
así interrogó
a su compañero,
pobre pescador:

- ¿Ha estudiado usted
la Filosofía?

- Yo, señor, no sé
qué es eso, a fe mía.

- Entonces, tendrá
de Historia nociones…

- No señor. Mi historia
son… navegaciones.

- ¿Tampoco sabéis
nada de aritmética?

- No, señor. - ¿Idiomas?

- Sólo sé mi lengua.

- ¿Sabéis religión?
- Algo, sí señor.

- Física, ¿sabéis?

- ¿Física? ¡qué horror,
que nombres tan raros
sabe usted, señor!

- ¿Química tampoco?

- No sé que eso exista.

Y le dijo el sabio
en tono bromista:

- Entonces, amigo,
vos habéis perdido
casi media vida.

Mientras esto dijo
llegó una gran ola
y volcó al instante
a la barcarola.

Entonces, saliendo
por bajo del agua,
observó el barquero
que el otro se ahogaba
y le dijo pronto:

- ¿Sabe usted nadar?

- No - respondió el otro.

- Pues ved si la ciencia
os puede ayudar
o, con ser tan sabio,
os tendréis que ahogar.

Según vos decíais,
por no saber nada,
tengo de existencia
la mitad perdida;
vos, con vuestra ciencia,
perdéis, sin embargo,
y en plena conciencia,
de una vez la vida.

En el mundo siempre hay “sabios”
y hay también siempre “barqueros”,
más prácticos los segundos
y más tontos los primeros.


* * *

domingo, 10 de abril de 2016

Desterrar las guerras - además En You Tube


DESTERRAR LAS GUERRAS
por Francisco Manuel Nácher

Si los pueblos no aspiran a la guerra,
¿quiénes son siempre los que las declaran?
        Si la gente desea vivir en paz,
¿quiénes son siempre los que la perturban?
Si los hombres se sienten como hermanos,
¿quiénes son siempre los que los enfrentan?
Si nuestros hijos son nuestros tesoros,
¿quiénes son sierre los que nos los roban?
Si la vida es hermosa y es querida,
¿quiénes son siempre los que nos la siegan?

* * *

¿Y si, un día, todos los gobernados
de todos los países de la Tierra,
acordasen negarse en el futuro
a tomar parte ya en ninguna guerra?
¿Osaría algún jefe de gobierno
recurrir más a ellas?
¡¡¡Ciudadanos del mundo, unámonos!!!


* * *
EN YOUTUBE, desde aquí

https://www.youtube.com/watch?v=2d1g3mzB1pI&feature=youtu.be

Presentación Juan Marín

*

Al perro le gustaría




AL PERRO LE GUSTARÍA
Francisco Manuel Nácher

Al perro le gustaría
que su dueño le ladrase
y, ladrando, dialogase,
y se bajase hasta él.
Pero le conviene más
conocer la voz del amo
y entender que es un humano,
y hacerse humano también:
y, una vez compenetrados,
una vez que se ha subido,
puede, feliz, desprendido,
abandonarse a él con fe,
porque sabe que ese amo,
al que comprende y respeta
y ama y sigue e interpreta,
sólo actúa por su bien.
Pues, ¿qué diferencia hay,
en cuanto a Dios, con el hombre,
si el hombre, que es inferior,
quisiera que su Creador
se bajase a su nivel,
cuando es mejor para él
subirse al nivel más alto
y comprender que ese salto
será sólo por su bien
ya que, una vez elevado,
se identifican los dos
y surge una nueva vida
y el hombre, el alma transida,
se ve convertido en Dios?

* * *

El Gorrión - en you tube -


EL GORRIÓN
por Francisco Manuel Nácher

en you tube, aquí
https://www.youtube.com/watch?v=kW4OWA6mOxA&feature=youtu.be

Una vez, un gorrión
cayó, volando, en mi mano;
estaba herido y febril,
aterido y asustado.
Lo cobijé con cariño, 
le di todo mi calor
y le hice un nido acolchado
dentro de mi corazón.
Y el pajarillo, a mi lado,
sus dos alas agitó,
y se sintió fuerte y sano
y, hasta de dicha, cantó.
Y pasó un tiempo conmigo,
sin problema y sin dolor
y sintiéndose dichoso
viviendo en mi vibración.
Mas luego, dándose cuenta
del abismo entre él y yo,
levantó el vuelo y dejóme
en búsqueda de su amor.
Pajarillo, pajarillo,
¿qué será de tu vivir?
¿vas a poder ser dichoso?
¿vas a ser feliz sin mí?
¿vas a tener la energía
de vencer al vendaval
y la lluvia y la nevada
y al dañino gavilán?
¿Vas a orientarte sin yerro,
siempre mirando hacia el sol?
¿Vas a encontrar otra vida
que le dé amor a tu amor?
Pajarillo, pajarillo,
¡si tú pudieras sentir
el dolor y la alegría
que tu marcha causó en mí,
si pudieras comprenderlo…
pero, la vida es así!
Sólo recuerda, no olvides,
si te doblega el dolor,
que existe un nido acolchado
dentro de mi corazón.


* * *